Bebe 2010

Bebe







Soy un pobre desecho de esta sociedad,
anclado me he quedado en ésta, mi pobreza
y he sacado de nuevo mi carrito de mendigo,
he vuelto a caminar por aquellas viejas calles
con mi libreta amarilla donde dibujo mi vida
y escribo mi muerte a golpe de lágrimas,
porque desde la cama de cartones miro el mundo
¿cómo hice para acabar aquí en esta cloaca?
¿Cuándo fue el año que comenzó todo? Ya ni lo recuerdo
han pasado tantas lunas, que ya ni me acuerdo
hoy me iré al médico de mis desvaríos mentales
el lunes creo recordar que me sentí desvanecer
no sé si el doctor querrá verme así, tal cual estoy
las piernas se me doblan vencidas por mi peso
flojas están mis extremidades que ni fuerza tengo
siento como un vértigo que no me deja caminar
el dolor de mi cuerpo se ha vuelto totalmente insoportable
cabeza y cerebro ya parecen no ir acorde conmigo
el dolor de espalda se ha vuelto cotidianamente perpetuo
bebe
seguro que me preguntará esa fatídica palabra
y la verdad se me hace muy complicado contarselo
me hablará de los ejercicios que debería hacer para ello
me dirá: toma las medicinas y yo asentiré diciendo: no
seguro que me dará vitaminas para todo mi cuerpo
creo que mejor ya no vaya, porque ya sé lo que tengo
simplemente estoy totalmente alcoholizado por el vino
y estoy enfermo de todos los males de esta sociedad
de la vida ya solo espero un trago más de cada botella
siempre voy de un lado a otro sin pararme con nadie
lo mismo me da un portal, que un cielo estrellado
factores de las sumas, son como las restas de mis días
son fluctuantes y cansinamente anodinos en su devenir
los rancios días pasan sin ser diferentes de por sí
incluso en los mejores sitios, mi cuerpo es el mismo
un día me pasé por el hipódromo para ver otra vida
veo correr a las personas como si ellos fueran
los caballos que pronto se dejarán toda la piel
y me parece algo tan vulgarmente irrespetuoso de por sí
que no tiene ningún sentido ver tal cosa y me voy
vago como siempre, sin sentido alguno en mi devenir
me voy a permitir rebuscar en la vida de los ricos
enseguida me sacudiré los restos de las sobras
después del festín que me daré, caminaré orgulloso
apostaré a que alguien dirá que aquí no puedo estar.
Las carreras que tenía que pegarme para llegar a tiempo,
¿qué me queda de aquellos días cuando trabajaba?
cómo se marchan los buenos tiempos y los malos,
me pregunta el compañero de esquina, ¿y tú que hacías?
¿de qué empleo saliste corriendo para volver a vivir?,
sin darme cuenta le digo que ya no me acuerdo,
estaba tan aburrido de hacer siempre lo mismo,
le contesto con tanta indiferencia, que ahí se acaba todo
y él me dice: pues si crees que voy a darte de mi vino…
porque es tan aburrido escuchar a la gente desvariando,
así que me iré a pasear porque ahí afuera estaré mejor.
Me dice alguien al pasar: ¿necesita algo buen hombre?
imagínese si hubiera dicho que sí ¿que podría darme?
aquí dentro de mi cuerpo quedan pocas cosas buenas.
Así que agacho la cabeza y vuelvo a mi mundo
aquí estoy como quiero y mi cuerpo me lo agradece
apoyado de medio lado en esta esquina de la vida
todo es nuevo en éste mi calvario de dolores absurdos,
como hecho de menos las almohadas con olor a sexo
no hay nada más malo que la bebida y que me siente peor.
Que un viejo como yo piense en el pasado, ya no debería..
pretendí ser escritor pero acabé siendo un desheredado
sigo con una libreta jugando a ser alguien que no soy,
amarilla es, porque así la encontré en un cubo de basura
algo se mueve en ésta mi casa, a la que vengo siempre
se acerca por entre los escombros, sigilosamente callado
el suelo está tan lleno de excrementos, que no se le ve,
viene hacia mí con toda la cautela del silencio que lo trae
¡aaah, no, pero si no veo quien es y sin embargo esta ahí ¡
es más, me pareció oírlo que me saludaba como siempre,
se preguntarán quien es, pues mi gato, que siempre esta callado,
por esta vez diré que tengo algo y es él
porque él es mío
y vuelvo a beber otro trago
así acabaré mis días

Rosa roja



Antón Iglesias 26 de abril de 2010